Valencia, 4ª de la Feria de Julio. Fandiño puede con todo.

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Ficha del festejo:
4ª de la Feria de Julio. Un cuarto de entrada. Tres toros de Alcurrucén (1º, 3º lidiado como sobrero y 6º), uno de Fuente Ymbro (5º), y dos de Adolfo Martín (2º y 4º), en general deslucidos. El 5º fue el más manejable.

Iván Fandiño: saludos, saludos, silencio, silencio, oreja y oreja.
Incidencias: Llovió intermitentemente durante la lidia del 4º y 5º.

Valencia (España). Estaba todo a la contra, pero Fandiño supo voltear la situación. Se sobrepuso a la condición de los toros, venció a la climatología y con la tarde cuesta abajo, aún fue capaz de sacar fuerza para levantarla en los dos últimos toros y poner de su parte a un público que acogió la apuesta con cierto escepticismo pero se acabó entregando al esfuerzo de un torero grande.

Iván Fandiño realizó lo mejor al quinto y sexto del festejo. El quinto, de Fuente Ymbro, bajo y hondo, tuvo nobleza pero le faltó raza para desarrollar lo que apuntó en el primer tercio, donde Iván le dio fiesta a la verónica y en un quite por chicuelinas. Se vino a menos tras el estoico inicio por alto, pero el torero, centrado y convencido, le fue alargando cada muletazo hasta dar consistencia la obra que remató de una buena estocada, cortando una oreja

Escampó en el sexto, tras llover en el cuarto y salió un tío de Alcurrucén, hondo, estrecho de sienes, tocadito de pitones, que manseó de manera ostensible en los primeros tercios, escupiéndose del peto, pero se sujetó en la muleta del vizcaíno, y aunque hubo de llegarle mucho y exponerle, por el pitón derecho acometió con fuerza y dio importancia a la labor del torero, que cerró su tarde con una faena grande, que le hubiera valido el doble trofeo de no mediar un pinchazo antes de la estocada definitiva en la que se llevó también una voltereta.

El primero de Alcurrucén, serio y cornidelantero, resultó noble pero le costó pasar a partir del tercer muletazo de cada tanda. Seria labor de Fandiño que prolongó el viaje del animal por los dos pitones, aguantó titubeos con firmeza y lo tumbó de una gran estocada. Abrió la cara el Adolfo que hizo segundo, toro que se movió sin terminar nunca de pasar y reponiendo tras el embroque. Fandiño se hundió en la arena y con mucho aplomo fue metiendolo en cintura por el izquierdo en otra labor sólida hasta que al rematar una serie el animal lo prendió por la pierna y en derrote en el pecho le partió en dos el chaleco. Volvió el torero a la cara, finalizó la faena en tono alto y saludó tras media estocada y descabello.

Al tercero de Fuente Ymbro lo saludó con una larga en el tercio y luego lo cuajó a la verónica pero durante el tercio de varas el animal se partió un pitón y regresó a los corrales. El sobrero de Alcurrucén sólo tuvo presencia, pues resultó deslucido y sin entrega, nunca se prestó y Fandiño vio silenciada su labor. Comenzó a llover a la salida del cuarto, un Adolfo complejo, que humilló pero nunca rompió para adelante, se movió pero siempre se quedó en el embroque. Fandiño hizo un esfuerzo, se peleó con él y lo despachó con solvencia.